La trenca, que ha pasado de símbolo del vestuario militar a elemento de experimentación en el mundo de la moda, vuelve en versiones nuevas y actualizadas. En su versión original, se caracteriza por una longitud media, tonos clásicos y el emblemático cierre de cuernos, mientras que las propuestas más recientes juegan con colores, estampados y detalles inusuales, sin olvidar su extrema practicidad, necesaria para afrontar el invierno.